Aprendí que mis propios pensamientos pueden ser mis peores enemigos ,como pensar que por caerme mas veces de lo que me levante , no voy a lograr ser tan capaz como otros. Y al final de cuenta, no me importa cuantas veces me caigo, si no ,cuantas veces me levanto , por que la vida misma me fue enseñando que mis propias caídas son aprendizajes para valorar las veces que me levanto.